Cometí un terrible error cuando puse la recepción de las oficinas y lo que más me molesta es que me avisaron. Me empeñé en que la parte de encima del mostrador debía ser de mármol. Pensaba que eso le daría un toque de distinción a la entrada y los clientes que vinieran a visitarnos se crearían una imagen muy buena de nosotros, elegante. Pero el caso es que ahora está bastante estropeado y sólo ha pasado un año, necesita un mantenimiento que no le hemos dado y que ahora debo darle o se me caerá a trozos. Al final he contratado a esta empresa de pulido de mármol en Fuenlabrada para que realice un pequeño mantenimiento periódicamente y como además tienen servicios profesionales de limpieza los he contratado para que me limpien la oficina todas las semanas.
No me arrepiento de poder contar ahora con Limpiezas Velasco, me los ha recomenzado mucha gente. De lo que me arrepiento es del mármol de las narices. Pero bueno, supongo que todos podemos tomar malas decisiones de vez en cuando ¿no?
El edificio donde tengo las oficinas es, en mi opinión, uno de los mejores de Madrid pero he decidido abrir otra sucursal en Barcelona porque muchísimos de nuestros clientes ya tienen que hacer viajes allí pro otro asuntos y si pueden ir a visitarnos a la ciudad condal se ahorrarán un viaje lo que es beneficioso para ellos y para nosotros porque ya he perdido varias contrataciones por no tener sede allí. El caso es que ya he visto varios edificios y hay uno que me interesa pero tendría que reformar, precisamente, la recepción y claro, visto lo visto no pienso poner mármol. Ahora lo interesante es saber qué pongo porque nada me termina de convencer.
Lo que sí he hecho es contratar directamente los servicios de limpieza de Servinet, una empresa de limpieza y saneamiento de Barcelona, así ya tendré sus servicios desde el primer momento y al menos por ese lado estaré cubierto.
Y es extraño que yo esté hablando de todo esto porque siempre he pensado que no iba a expandir mi negocio. Os lo explico: yo soy muy cómodo y me costó una barbaridad tener lo que tengo ahora mismo. Mi empresa ha nacido desde cero, la levanté de la nada con cuatro duros y ahora funciona y me trae beneficios todos los meses a casa. No soy rico, pero tengo unos buenos beneficios con los que vivir y agasajar de vez en cuando a mi familia y con eso soy feliz, muy feliz. Por eso no necesito nada más y me acomodé en lo que tenía y me negué a expandirme la verdad. Sin embargo las cosas han cambiado. Ahora hay que espabilarse y no quedarse acomodado en tu buen asiento porque puede venir otro y sentarse justo delante de ti y fastidiarte el espectáculo. Así que tras mucho pensarlo y tras mucho darle vueltas he decidido hacer lo que pensé que no haría nunca, abrir otra sede en Barcelona.
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